MIS JUGUETES

JUGUETES….¡Cuántos recuerdos vienen a mi mente al pensar en esa palabra!

Un 25 de diciembre, mirando la cantidad de regalos de Navidad que mis nietecitos recibieron, su rostro feliz, recordé aquellos tiempos de mi niñez… Mis hermanos y yo sólo recibíamos un par de regalitos:  uno de nuestros padres, que ellos decían el Niño Dios (nada de Santa Claus) había dejado para nosotros bajo el árbol, y otro que nuestro tío nos enviaba. Era una felicidad para nosotros. La noche anterior (Nochebuena) los dos más grandecitos no podíamos dormirnos por la emoción…¿A qué hora llegaría el Niño Dios? ¿Por qué teníamos que acostarnos y no verlo?  Y el día de Navidad, no más despertarnos corríamos a ver si había algo bajo el árbol. ¡Cuánta ilusión y alegría!

Cierto que cuando ya somos papás deseamos dar tantas cosas a nuestros niños para complacerlos;  pero en realidad, no es necesario. Uno, de niño, juega con cualquier cosita. Recuerdo que mi hermano y yo, de chicos (él un año menor) jugábamos juntos. Él hacía carritos con cajitas de diferentes tamaños o trozos de madera, y transportaba algo en ellos; tenía un muñeco de trapo llamado Pancho, que era su compañero.  Yo, jugaba de hacer comiditas para mis muñecas con hojitas, hierbas y frutos de nuestro jardín. Nos pasábamos horas entretenidos.

A mi me gustaron siempre las muñecas, aunque no tenía tantas. La buena tía María nos fabricaba unas de trapo, y yo encantada. Cuando ya era más grande (10-13 años), en las vacaciones esa era mi distracción. Sobre una mesa grande fabricaba una casa para mis muñequitas, hacía muebles de cartón. En la cocinita armaba un fogón con piedras de río; de nuestro solar traía hojas y frutitos tiernos del árbol de aguacate, guayabo y durazno, y en fin, inventaba lo que fuera necesario para la casa.

La muñeca de esta foto fue el último regalo de Navidad de mi padre cuando yo tenía 7 años; él falleció unos meses después. ¡Jugué con ella hasta los 17 años en que me gradué de Maestra! Bueno, aquellos eran otros tiempos, tan sanos y alegres.

Más tarde, cuando ya trabajaba, creo que mi juguete favorito era la cámara fotográfica, pero era un hobby un poco caro porque había que comprar la película, mandarla a revelar y, a veces, muchas fotos salían malas y se perdían.  Tengo varios álbumes de fotos tomadas durante varios años. También tuve una cámara de cine de 8 mm, que perdí en un viaje en avión. Aún conservo las películas que tomé.

¡Pero los tiempos cambian y la tecnología ha avanzado tanto! La llegada de la cámara digital fue excelente para mí. Total, que mis juguetes favoritos ahora son:

La cámara digital.
Mi computadora de escritorio, que compré cuando dejé de trabajar.
Mi tableta, regalo de mis hijos, que  -además de otros usos prácticos- le adapto un parlante excelente para escuchar mi música favorita.
Y mi pequeño Mp4, también para escuchar música relajante cuando hago siesta, o al hacer mis ejercicios, o al acostarme.

 

¡Ahh…esta era digital! ¡Cómo cambian los tiempos, las costumbres, los intereses, los valores y tantas cosas! Ya los niños no tienen la oportunidad de usar su creatividad, porque todo lo encuentran hecho en el internet… Creo que a pesar de todas estas ventajas del mundo actual, sigo prefiriendo mi época de niñez y adolescencia…

¿Recuerdas tú algún juguete favorito?