“Porque tú vales mucho a
mis ojos, yo te aprecio y te amo mucho”
(Isaías 43,4)
¡Ah…qué palabras más
alentadoras, de un Dios para un pobre pecador! ¡Levantan la estima de cualquier
persona! “Porque tú vales mucho a mis ojos…” te dice el Señor. ¡Qué importa que
no te tomen en cuenta, que pases desapercibido, que otros no te estimen en lo
que vales, que no se fijen en ti, que te muestren rechazo...Si todo un Dios te
dice que ante Él vales mucho! Que a Él sí le importas! Y que te ama mucho, no
porque tú lo merezcas o porque tú seas bueno, sino porque Él es bueno y
tú eres su hijo, su hija, y te ama a pesar de lo que seas, con todas tus
virtudes y defectos y pecados! Te ama porque su amor es incondicional…Incluso
el más pecador es el más amado por Dios porque es quien más lo necesita!
“Con amor eterno te he amado”, nos dice en
Jeremías 31,3, o sea: desde siempre. Su amor nunca te faltará! Dios tiene entrañas
de madre, pero de madre buena y amorosa! Si tu padre o tu madre te abandonan,
te acogerá el Señor…dice el Sal. 27. Su amor es inmenso, tierno, fiel; Él no
puede olvidarte ni desampararte!
¡Hay en la Biblia tantas citas que nos hablan
de ese amor maravilloso, que perdona, que escucha, que espera!…¡Cuánta paciencia
nos ha tenido Dios, a pesar de las ingratitudes y de nuestras infidelidades
hacia Él! El siempre espera que vuelvas tus ojos hacia Él, que regreses
arrepentido a su regazo cada vez que le falles! Él espera con sus brazos
abiertos! …
¡Pero aún hay más! ¿Cuál fue la prueba más grande del amor de Dios
hacia nosotros?... Ya lo hemos escuchado, y es un versículo de debemos recordar
de memoria: Juan 3,16: “Tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo único para
que todo el que crea en Él no se pierda, mas tenga vida eterna”… Y
Jesús, el Hijo Único, confirmó ese gran amor de Dios cuando sufrió una dolorosa
pasión y dio su vida como precio de nuestra salvación…¡Ya sabemos la historia!
Tú vales mucho a sus ojos
y Él te aprecia y te ama mucho…¿Cómo correspondes tú a ese amor? ¿Es Dios lo primero en tu vida?...¿Le
consagras siquiera un día a la semana…el día del Señor?...¿Está Él antes que
tus mandados, tus compromisos sociales, tus quehaceres, tus negocios, tus
placeres?...
Sé que tú ya conoces de ese
amor, pero también hay que ser agradecido para corresponderle y demostrarle el
nuestro. Te invito a quedarte unos minutitos más reflexionando… Piensa en todas
las muestras de amor que DIOS te ha dado… Puedes contar tus bendiciones… Y luego
examina tu calidad de amor hacia Él.